MFM:
Cuéntenos de ustedes. ¿De dónde son? ¿Cuántos integrantes hay en su familia?
Nelly:
Mi nombre es Nelly Pérez. Yo soy agente de bienes raíces aquí en el estado de Texas. Soy mamá de tres hijos preciosos, hija de una madre, la más feliz del mundo, sobreviviente de cáncer, con una alegría inmensurable y tengo la bendición de ser esposa del hombre mejor del universo, Ranier Pérez. Todos somos originarios de la isla de Cuba, menos nuestros hijos que nacieron aquí en el estado de Texas. Estado que hemos agarrado como nuestro desde hace 22 años, nos encanta y ha sido una experiencia maravillosa por todos estos años. Yo soy de una ciudad en el campo de Cuba llamada Cienfuegos. Mi esposo es natal de La Ciudad de la Habana, la capital de Cuba. Mi mamá nació en La Habana y se fue para la ciudad donde me vio nacer un año más tarde.
Soy la mayor de dos hermanas de un matrimonio de personas muy mayores. Mi papá tenía 52 años cuando nací yo y fui la mayor, se llevaban 18 años de edad. Viví en un hogar muy pobre donde tuve escases de muchas cosas. Pero el amor y la unidad sobrepasaron todas las barreras.
MFM:
¿Y cómo se conocieron usted y su esposo y hasta donde han llegado cómo pareja?
Nelly:
Bueno, yo iba a estudiar a la Habana en ese entonces en el año 1996. Fui a estudiar la especialidad de Psiquiatría y estudiaba la carrera de leyes por la noche. Y en el segundo año iba en un autobús donde ahí había una conversación, yo tenía muchos problemas en ese tiempo había perdido a mi papá al principio del año y mi mamá comenzaba con los síntomas de la enfermedad de cáncer, y en el autobús había un chico que no le dejaban subir porque no tenía dinero. Entonces yo le dije al chofer, ‘No, no, no, ¡yo le voy a pagar!”. Pues cuando me bajé en la parada de autobús, él me cayó atrás y me dijo, “Tú no eres de aquí, ¿verdad?” y yo dije, “Nooo, yo soy del Campo, pero estoy aquí estudiando. El me contesto. “Puedo notarlo eres muy diferente”. Y ahí empezó nuestra historia de amor. ¡40 centavos para el autobús fueron mi destino para la eternidad!
Estuvimos tres meses de relación cuando yo me gané la lotería de visa en Cuba y luchamos por dos años hasta que pudimos venir juntos porque no teníamos dinero. Al llegar aquí fue el proceso más difícil de nuestras vidas. Dejé a mi mamá que aún se veía muy malita en Cuba. A los siete días de estar en este país mi esposo tuvo que tener una cirugía de las varices de su pierna porque venia con problemas. Siete días después, tuve un dolor muy fuerte en el interior y me tuvieron que intervenir quirúrgicamente. Me tuvieron que operar de mis ovarios por un doctor excelente mexicano, el doctor Carlos Vaquero, que no sé si vive todavía. Él me intervino y bueno, llegaron a la conclusión que no podía tener bebés.
Para la bendición y gloria de Dios un año más tarde salí embarazada. Fue muy difícil, muy difícil. A los tres meses de embarazo perdí mi bebé. Pero yo sentía que yo todavía estaba embarazada. En ese entonces trabajaba en una clínica y estábamos cuatro mujeres. Las cuatro cubanas y las cuatro embarazadas. Yo cuando perdí el bebé, sentía que me trataban con un poco de pena. Un poquito difícil. Pero yo seguía confiando en Dios. Yo sabía que yo estaba embarazada. Nadie me podía entender, ni mi esposo. Pensaban todos que era un estado mental que no era yo. Y yo sabía que no estaba mal, que algo pasaba. Pues cuando fui a la consulta para ver si estaba todo limpio, para mi sorpresa y para la sorpresa de todos, continuaba embarazada. Nunca se perdió. Y, meses más tardes nació mi hijo, al que le pusimos Ranier Isaac como su papá.
Nuestra historia siguió y todo fue muy bonito. Al mes y medio de nacer mi bebé estaba embarazada de nuevo. Al año siguiente pues estaba embarazada otra vez. Tengo un varón y dos hembras: Ranier Isaac, Sandra Amely y Heilyn Emily son unos niños excelentes, conocedores de la Palabra de Dios, seguidores de Cristo por sobre todas las cosas. Un año más tarde pude reclamar a mi mamá y después de haberla negado tres veces el gobierno ella fue a la entrevista y la aprobaron. Ya le habían revertido su colostomía porque era cáncer de colon muy malito y batallamos mucho porque vino sin seguro, nosotros sin dinero, nunca la pudimos llevar al médico, no la llevamos al médico, de hecho. Y Dios hizo la obra, no sabemos cómo pasó, no sabemos qué sucedió, no entendemos, pero sí sabemos que Dios lo hizo todo. Mi mama hoy esta sana 13 anos más tardes.
Dios fue muy bueno y nuestra historia siguió. Mi esposo empezó limpiando pisos en donde vivía el alcalde de aquí de Houston. Se metió de asistente de maestro en una escuela por medio de una amiga muy querida Odalis, en una charter school y ahí empezó su historia. En ese entonces yo deje de trabajar para dedicarme al cuidado de nuestros hijos.
MFM: Muchas gracias por compartir su historia. Ahora vamos a enfocarnos en lo profesional. ¿Como llegaron de estar trabajando en varios trabajos?
Nelly:
Okay. Estuve en la clínica quiropráctica por dos años. Después trabajé como asistente de un cirujano pediatra. Todo iba muy bien y mi esposo seguía como asistente de maestro y un día me dice, ‘¿Sabes qué? “A duras penas nos da para vivir”, pasábamos hasta hambre porque teníamos que ayudar a nuestra familia en Cuba, con los tres niños pequeños en muchas ocasiones fue muy difícil, muy difícil. ¿Y el me pregunto pues vas tu a estudiar o estudio yo? Yo le dije yo no quiero estudiar más y él me dijo pues lo haré yo.
Empezó a estudiar aquí y en los Estados Unidos porque no sabíamos inglés. Comenzó en la Universidad años más tardes. Mientras yo seguía desarrollándome en los hospitales y clínicas hice algunos cursos que me abrieron muchas puertas y trabajé con varios doctores y luego dentistas asistiendo cirugía en varios hospitales y también en clínicas. Mi vida profesional Iba muy bien. Tan bien que Dios sabía que no le estaba dando la gloria a Él y hasta que me hablo directo de arriba. Pues me enfermé de mi columna y tuve que ser intervenida quirúrgicamente por varias ocasiones. Fue un tiempo muy difícil, muy duro para mí y toda mi familia. La vida me cambio en grande manera de ser tan activa a terminar en un sillón de ruedas por casi 1 año y medio. Mientras tanto mi esposo siguió estudiando y llego a terminar su Master en la Universidad.
MFM:
¡Qué bien! Y como terminasteis siendo Agente de Bienes y raíces en Texas.
Nelly:
Fue un proceso muy difícil, pero también entendí que era el trato de Dios para mi vida. Sólo le doy las gracias a Dios por eso. En aquel entonces mucho me lamenté. Estuve por un periodo de depresión muy fuerte, muy difícil, pero muy difícil. Fue una batalla constante entre Dios y yo, pero al final entendí que era plan de Él y su plan es siempre perfecto. Y pues ahí estaba. Y una amiga Aicela ella ya era agente de bienes y raices por varios años y pues ella me vino y me presto sus libros para estudiar.
Ella me dijo “Eh, fíjate, para que solamente no des lástima, haz algo por ti, porque nadie más lo va hacer”. Y si dije esta un poquito duro, pero si lo voy a hacer. A mi esposo le agradezco porque fue mis piernas, mis manos, mi sostén en todo ese tiempo. Mis hijos fueron maravillosos, la carga que les tocó a ellos fue dura. Ellos me ayudaron a pesar de que en ese entonces eran adolescentes. Mi mama que trataba de hacérmelo todo y la oía siempre llorar en silencio. Mis amigos sin temor a equivocarme Dios me dió los mejores, siempre estuvieron a mi disposición. Gracias a Dios porque Dios, en su inmensa misericordia siempre tuvo cuidado de mí.
Yo le doy gracias a Él porque ha sido muy bueno conmigo, aunque tengo un quiste en mi columna vertebral y es un dolor que en ocasiones es insoportable. Sin Él no hubiera podido hacer nada. En ese entonces Mi esposo comenzó su Doctorado y yo estudie para ser Agente de Real Estate. Cuando ese año lo sacan de la escuela donde era director por muchos años. Lo votan porque él no podía trabajar los sábados y ese era el día precisamente que él estaba estudiando en la universidad.
Se quedaba mi esposo sin trabajo y yo empezaba mi carrera de Real estate ahí empezó esta historia realmente, después de todo lo que te he dicho ahí empezó mi carrera. Estábamos desesperados. Había empezado nuestro primer año de nuestros dos hijos de la universidad juntos. Mi esposo estaba en segundo año de la universidad sin trabajo porque lo sacaron y yo empezando mi carrera como agente de bienes y raíces. Podemos decir gracias a Dios porque hasta aquí Él nos ha ayudado. Mi esposo se gradúa de su PhD en mayo de este año, si el Señor lo permite Y yo en mayo cumplo mi tercer año como agente de Real Estate. Desde ese entonces, solo Dios es glorificado porque nos ha dado más de lo que hemos tenido mucho antes de siendo el principal y yo trabajando en hospitales y clínicas. Hemos podido ser de canal de bendición para otros. Hemos apoyados en consejería matrimonial para varios de mis clientes. Queremos ser usados como canal de bendición para otros que están en necesidad.
Estoy como agente en la compañía de Century 21 tengo muy buenos mentores que me han ayudado a crecer y por supuesto a un Dios muy grande que ha hecho todo posible. Dios ha abierto puertas ya mi esposo se gradúa de su doctorado y como profesor en la Universidad cual siempre fue su sueño y mis hijos pronto también con la ayuda del creador.
Entonces, pues ahí hemos seguido Gustavo. Ha sido un proceso muy difícil pero necesario porque hemos aprendido de todas las cosas, principalmente de las que parecían imposible de sobrepasar, esas nos han ayudado a crecer como persona y crecer espiritualmente y por sobre todas las cosas a valorar la posibilidad y la oportunidad que nos ha dado Dios. No ha sido una historia muy fácil. Mis hijos los tres quieren incurrir en la carrera de medicina, todos motivados por alguna situación muy dura familiar.
Hoy entendemos que sin Dios no hubiéramos podido hacer nada y que todo lo que hizo él fue un paso para poder llegar donde estamos y sabrá él cuántas personas podemos seguir alcanzando solo por su gracia. Desde mi punto de vista, yo siempre pensé que no podía hacer otra cosa que trabajar fuera de un hospital porque siempre me ha gustado ayudar a la gente. Ver la reacción de una madre cuando un hijo está enfermo y yo podía darle un poquito de esperanza. Yo sigo con mis credenciales de Texas Children Hospital, y renuevo cada año mi certificación como asistente, cuando hay necesidad en algunos de los doctores de la comunidad que necesitan mis servicios, aunque tengo limitaciones por mi salud, ellos saben que pueden contar conmigo y así lo estoy haciendo.
MFM:
Wow que impresionante. Y estamos al final de la entrevista. ¿Qué consejo le tiene a nuestros lectores que van a leer esta entrevista, que tal vez están pasando por situación muy difícil, acaban de llegar al país, no tienen esperanza…Qué consejo les da a esos lectores que tal vez van a beneficiar mucho de esta historia?
Nelly:
Les pudiera hablar mucho más, Se cuán difícil es llegar con una maleta vacía, a un país extraño y con un corazón lleno de esperanzas. Todo se torna muy fácil después que pasamos por el proceso, en el momento no lo podemos entender, pero al final todos llegamos a la misma conclusión. Hemos dejado nuestras tierras y ahora estamos en una tierra ajena. Donde nos ha abierto las puertas para desarrollarnos como profesionales, ser humano y a su vez brindarles un futuro mejor a nuestros hijos. Debemos aprovecharlo. Hagamos de este lugar algo nuestro porque ha sido de mucha bendición para todos. Luchen por sus sueños, aunque no crean ver la salida, que se aferren principalmente a Dios y a sus promesas. De todas las cosas que yo le puedo decir y de todo lo que pude haber hablado en esta entrevista y si algo se les puede quedar en su mente es que “Pongamos siempre a Dios en todos los caminos y El hará algo bueno entre nosotros”.
¡Si se puede! Hagamos siempre el bien, porque en su tiempo indiscutiblemente segaremos. Ayudemos al prójimo, al que necesita de nosotros. Nunca utilicemos a alguien como escalón para llegar a la cima, pensemos siempre que unidos llegaremos más alto y más lejos. Recordemos que en este país nuestra vida se mide como una carrera de resistencia y no de velocidad. Lo importante es llegar. Valoremos la amistad siempre, Consolidemos el amor de familia porque es lo que prevalece. Dios bendiga a cada lector que escuche esta historia. Esta es parte de mi trayectoria no es todo el camino. Gracias Gustavo por tan preciosa oportunidad que me das de compartir mi historia. ¡Con Dios todo es posible!
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